Buenos Aires - Machu Pichu

            Y un día se nos ocurrió que estaría bueno conocer Machu Picchu y que lo podríamos hacer con nuestra "Chata". La planificación duró un año; sumamos amigos que luego “se bajaron”, pero no nos dimos por vencidos y el 31 de agosto de 2013 a las 5:45 partimos. He aquí la bitácora completa que fuimos compartiendo por la web mientras viajábamos. Esperamos lo disfruten y les sirva.

DIA 1:

Plaza de Frías (Santiago del Estero)

Aprovechando que el tránsito era fluido, recorrimos 1100 km  en 10 horas y finalmente llegamos a la localidad de Frías, Santiago del Estero. El paisaje estaba seco y árido porque, según nos comentan,  hace unos cuantos meses que no llueve ( se nota).
Acá descansaremos y mañana partiremos hacia Purmamarca, nuestra parada antes de abandonar el país.
Aún no sabemos si el paso de Jama estará habilitado...  La semana anterior hubo una nevada histórica y el paso quedó totalmente cubierto por la nieve, esperemos que para cuando queramos cruzar esté libre. Las últimas informaciones que tenemos son que permanece cerrado pero, por lo que vemos de las páginas del clima, la situación ha mejorado... Limpien la ruta!!!

DIA 2:

Purmamarca. Partimos “no tan temprano” de la localidad de Frías. Le pregunto al muchacho del hotel que temperatura está pronosticada y me contesta: Lo normal... (en el idioma de Frías es un calor bárbaro). Salimos rumbo norte y luego de 200 km pasamos San Miguel de Tucumán siempre por la circunvalación... Sin meternos en temas políticos, hay mucho por hacer: la ruta está muy rota y sus alrededores están  llenos de basura. Una lástima!

En Rosario de la Frontera decidimos reabastecernos de combustible: 45 minutos de fila… luego continuamos viaje. Algunos tramos de la ruta están en construcción; un accidente bastante bravo y semáforos en los pueblos  baja  un poco nuestro ritmo.
Finalmente luego de pasar San Salvador de Jujuy nos metemos entre los cerros y comenzamos la subida hasta llegar a los 2100 mtrs. de Purmamarca. La quebrada de Humahuaca es imponente, la ruta serpentea por un costado. Vemos cabras pastando y algunas personas caminando muy despacito.
Impresionante. Sin importar a donde se mire es una postal. Ahora descansar, comer una cazuela de llama y mañana a recorrer el pueblo.
Entrada a Purmamarca (Jujuy)

Feria de Artesanos en la Plaza del Pueblo de Purmamarca

DIA 3:

Purmamarca y Cerro Siete Colores

Nos levantamos lo más temprano que pudimos. Desayunamos y nos dirigimos al cerro Morado que, tras una escaladita, permite la vista del pueblo abrazado por el cerro. Nuevamente, una postal por cualquier lugar que se mire.
Estamos a más de 2000 mtrs. de altura y se nota en los esfuerzos así que, luego de la trepada  descansamos, tomamos un poco de agua y bajamos para hacer el recorrido por detrás del Cerro de los Siete Colores, el paseo de Los Colorados.



Ya hacía dos horas que caminábamos y el sol nos recordaba lo cerca que estaba; del fresco de la mañana pasamos a un clima poco más que templado.

Luego del paseo matutino decidimos ir para Tilcara y, calculando que estaríamos llegando para el almuerzo (Tilcara está a solo 25 kilómetros de Purmamarca y la ruta está impecable) apuntamos a comer un bocadito por allí.
Tilcara (Jujuy)

La ruta que une  Purmamarca con Tilcara tiene un paisaje impresionante donde las quebradas van dando paso a nuevos colores. En algunos momentos podíamos ver los picos nevados que están detrás de los cerros que nos rodeaban; estando ahí no se sabe para dónde mirar.
Tilcara es la ciudad más importante de la zona; tiene el banco, el hospital y las oficinas públicas más importantes. Paseamos por sus calles angostas, recorrimos la plaza y, según lo calculado, almorzamos ahí (obviamente a la sombra) .
También pudimos ver el museo de arqueología, que nos sorprendió por lo completo que es: tiene piezas de varias culturas precolombinas, no solo de esta zona, sino también de Perú, Bolivia y Chile. (Muy bueno).

Más tarde enfilamos de regreso hacia Purmamarca a nuestra Posada de Los Sueños y  a recuperar aire para luego caminar un poco más, cenar y descansar. Mañana tenemos el cruce a Chile !

DIA 4

En nuestro camino, siguiendo por la ruta 52, nos detuvimos en la Salina Grande que  muestra un paisaje de otro planeta, y la respuesta es: Sí, todo eso es sal!!!!!!!

Salinas Grandes

Luego continuamos hacia el paso de Jama para hacer los papeles de salida del país. Éramos los únicos y nos atendieron “super amable”, contando anécdotas y dando buenos consejos para el camino.
El resto de la aduana, nos comentan, está directamente en San Pedro a 152 kilómetros de distancia y la  buena noticia es que el camino llega a más de 5000 mtrs.  sobre el nivel del mar... (se notó).Ya en el altiplano Chileno pudimos observar los restos de la gran nevada de la semana anterior  (impresionante).


Ruta 27 (Chile) Camino a San Pedro de Atacama
Por fin llegamos a la aduana de Chile, nos atendieron... bastante mal (muy mal). Como nuestro viaje era largo veníamos con mucho equipaje: tres bolsos, dos mochilas, bidón de combustible, otro de agua, una canasta con comida (todo cerrado y/o disecado para no tener inconvenientes), una carpa, cadenas por si la nieve, y un montón de etcéteras. Todos muy amables salvo uno y ese uno nos hizo bajar absolutamente todo del auto, no lo podíamos creer: nos demoró una hora  al rayo del sol buscando no sé qué. Revisó hasta los guardabarros. Volvimos a cargar todo, ya bastante cansados (muertos).
Buscamos el hotel. Lamentablemente la demora de la aduana hizo que perdiéramos la reserva del tour nocturno para avistamiento de astros... otra vez será? (no creo). Esperemos que no nos encontremos más gente así.

San Pedro de Atacama
El pueblo es muy lindo y pintoresco, cuesta un rato adaptarse al movimiento en sus calles angostas y curvas, pero cuando por la noche salimos a caminar, disfrutamos de un paisaje colonial hermoso. Y el resto de la gente fenomenal.

DIA 5

Salimos hacia Arica, la última ciudad de Chile hacia el norte. Suponíamos un viaje de 6 o 7 horas (650 km de distancia) pero no fue así  (fueron 10 horas y un poco más). Nos encontramos en la ruta con otra aduana (tenerlo en cuenta en sus viajes) que por suerte solo revisó los papeles (tenemos que reconocer que la señora fue muy amable).
Luego, la ruta que suponíamos muy plana se hizo de montaña y para colmo estaba en reparación. Esto generó que, en diferentes tramos, estuviéramos dos horas detenidos. Ojo, los paisajes que vimos por esos lugares, además de imprevistos, fueron espectaculares (palabra que vamos a escribir mucho).
Pero bueno, parte del viaje era cruzar el desierto de Atacama y lo hicimos (y a la vuelta lo haremos nuevamente...)

Desierto de Atacama

Toda la demora del camino generó que llegáramos a Arica de noche, cuestión que no nos gustó mucho: lugar que no conocíamos, enorme y con muchísimo movimiento. Llegamos realmente cansados.  La ciudad nos recibió muy bien. Picamos algo en la calle peatonal del centro y nos fuimos a dormir; nos esperaba nuevamente un día de aduanas y no sabíamos cómo sería.

Calles de Arica Frente al Hotel

DIA 6

Estamos en Arica, lo que significa estar “al nivel del mar” y nos sentimos mucho más cómodos que a los 5000 mtrs. del otro día.
Salimos temprano para la aduana. De pronto descubrimos que nos falta un cable del GPS para cargar los mapas de Perú. Ups! bueno tenemos un mapa de papel y las indicaciones de la ruta, que tan difícil puede ser?
Rumbo a la aduana con destino Puno. Como no quiero extenderme solo diré dos cosas:

1) Están las dos Aduanas juntas, la de salida de Chile y la de entrada a Perú.

2) Tardamos dos horas en salir de ese suplicio burocrático. Alguna vez los países se darán cuenta que los traficantes no hacen la cola para hacer firmar un papelito? No.

Pensamos que Tacna (el primer pueblo de Perú) tendría una avenida circunvalación que rodeara el pueblo (si la tiene no la encontramos y, definitivamente, no era un pueblo sino una gran ciudad). Nuestro mapa de papel no tenía el detalle; las indicaciones brillan por su ausencia y obvio, nos perdimos (no tenemos fotos...)

Ahora  a disfrutar de la ruta. Pasando Moquegua, el paisaje comienza a ser de ficción: valles verdes, cañones, quebradas, más desierto y nuevamente 5000 mtrs. sndm. Por suerte teníamos unas pastillas para el soroche (mal de altura) pero igual te hace pelota (las pastillas no hacen mucho…).

Camino a Puno cruzando la cordillera

Caserío en el Altiplano

Ruta llegando a Puno

Finalmente y otra vez  de noche llegamos a destino: Puno. Decidimos pasar dos noches ya que esta vez estábamos afectados por el soroche. Por suerte el hotel era muy confortable y con un excelente restaurante, donde nos atendió Demetrio, el mozo (todo un personaje).

DIA 7

Puno, una gran ciudad a orillas de lago Titikaka, entre 3800 y 4100 mtrs. sobre el nivel del mar, la quinta ciudad más alta del mundo.
Aquí es infaltable y obligatorio visitar la isla de los Uros, la comunidad originaria del lugar que preserva gran parte de sus costumbres milenarias.

Isla Uro

Lo que los hace únicos son sus islas flotantes, hechas de un entretejido de totoras (o juncos) que se mantienen a flote atadas unas con otras; son más de 70 islas.
Para poder comerciar con el continente, viven del turismo y la venta de artesanías; el truco es negociar.

Canoa de Totoras

Las totoras son utilizadas para hacer las islas, las casas (apoyadas sobre las islas), como alimento (ya que tienen algo similar a un palmito en su interior) y como leña para el fuego. Su medio de transporte son  las canoas, a las que, según nuestro guía Javier, les dicen "Mercedes Benz" obviamente también hechas con totoras…
Luego de la  excursión, que duró entre las 9 de la mañana y las 12 del mediodía (no se olviden el protector solar !!!!!!) , retornamos a tierra firme, almorzamos y salimos a caminar para conocer la ciudad.
La gente es amable, dispuesta a ayudar y muy sonriente. Caminar una cuadra es un gran esfuerzo, al menos para nosotros, por el bendito soroche (falta el aire y te agitás muy rápido).

Catedral de Puno frente a la Plaza de Armas

Nuevamente necesitamos de un té de coca y un buen descanso. Mañana partimos para Cusco.

DIA 8 Y 9:

Salimos de Puno hacia Cusco. El camino es lento, no tanto por lo complicado sino porque atraviesa casi todos los poblados, incluso Jualiacá, donde estaban en construcción, lo que nos demoró un poco más.

El paisaje cambia radicalmente pasando la ciudad de Ayavin, donde ingresamos en el valle que recorre un río homónimo. Todo es verde; encontramos unos paisajes increíbles.

Cusco es inmenso.  La mayoría de las imágenes que uno puede ver publicadas son del Cusco antiguo (sobre todo  de la  plaza de armas y las iglesias), pero es mucho más que eso. Desde el cartel de "Bienvenidos a Cusco" hay que recorrer 14 kilómetros para llegar a la plaza de armas.

Cusco
Cusco - Plaza de Armas
Arribamos a la plaza de armas justo en el momento en que se hacían los festejos por la virgen de Almudena; la mayoría de las calles estaba invadida por desfiles, orquestas y bailarines con trajes típicos. Todo lo pudimos ver desde el balcón en un bar, tomando unos tragos y comiendo unos nachos. Todo un evento! (el bar también! Nos dejen de probar los nachos con queso y porotos picantes !!!!).

Hoy (día 9) lo dedicamos a recorrer la ciudad .Su increíble casco histórico es  mágico; nos recuerda a Toledo (España): los muros de piedra, los callejones con las puertas de madera labrada, incluso las iglesias, que aunque estas  tienen su propia historia, están construidas sobre los muros de los templos incas y además muestran las batallas libradas por el poder dentro de la propia iglesia católica. Observando su arquitectura, es una ciudad espectacular.

Catedral de Cusco
El interior de las iglesias es igualmente sorprendentes, pero no permiten tomar fotografías ni filmar (una lástima que no podamos compartir esas imágenes).
Mañana partimos para Santa Teresa, ya más cerquita de Machu Picchu!

DIA 10:

Nuevamente a la chata. Salimos temprano hacia Santa Teresa.  De acuerdo a lo que nos comentan el camino es todo pista (ruta asfaltada) hasta Santa María y luego hay que tomar un camino consolidado (ripio).
Para tener en cuenta: en Perú "fácil" quiere decir "difícil" y "difícil" es prácticamente imposible, por lo cual un camino consolidado que dicen está bueno hay que entender que no está tan bueno.

Por esas cosas, el GPS volvió a fallar en la mitad del camino que debía ser "pista" y terminamos haciendo 30 kilómetros de ripio que no estaban en la cuenta. Nuevamente en la ruta llegamos a la localidad de Urubamba; esto ya es el valle sagrado, un lugar espectacular rodeado de una cordillera muy elevada. Desde allí viajamos por el valle hasta Ollantaytambó, un pueblo superturístico donde la gente llega para tomar el camino del Inca y seguir a pie hasta Aguas Calientes. En este pueblo las casas y edificaciones están entremezcladas con ruinas Incas bastante increíbles.

Ollantaytambo
A los pocos kilómetros comienza la subida del Abra Málaga, donde se llega a una altura de 4.330 metros que se hacen sentir, y se pasa del valle templado a las cumbres nevadas de la cordillera. Una vez que llegamos a la cima,  el descenso muestra un cambio de  paisaje y de clima. Estamos entrando a la zona de selva.
Al llegar a Santa María sale un camino de ripio que apenas se ve (poco señalizado) lleva a “Hidroeléctrica” (lugar donde se ubica la central hidroeléctrica y desde donde parte el tren que llega a “Aguas Calientes”) y que también pasa por “Santa Teresa”, nuestro destino. Estamos cansados, hicimos escasos 200 kilómetros per llevamos casi 7 horas de viaje; Perú es extremo.
El camino tiene sectores que son solo una huella; de un lado la montaña del otro el precipicio (complicado). Cada tanto hay badenes por donde corren ríos, (suerte que vinimos en la temporada seca...); la corriente es importante y los puentes (solo hay dos) son de tablas; en el segundo no nos animamos a subir y cruzamos por el río…
Llegamos al pueblo de Santa Teresa exhaustos, para colmo no comimos (GRAN ERROR!!). Le pregunto a un taxista por el hotel. Al llegar, sinceramente, nos decepcionamos del “lodge”; estábamos cansados y con hambre; nos pegó el bajón pero lo superamos gracias a la buena onda de la gente y a un buen descanso.


Posada Eco Quechua

Comemos algo de los víveres que llevábamos y nos tiramos a descansar. Se escucha una especie de sirena, será una máquina? No, son las chicharras que  cantan ensordecedoramente hasta que cae el sol. De pronto truenos y a la noche lluvia... como habrá quedado el camino de ripio? Mañana esperamos estar mejor; tenemos que  dejar el auto acá, llegar a "Hidro" en algún vehículo (11 km de distancia) y tomar el tren a Aguas Calientes.

DIA 11:

Nos levantamos en nuestra habitación del Eco Quechua. Había llovido toda la noche, pero menos de lo que  esperábamos. Vamos a desayunar. Ahí  conocemos a Ana, la cocinera del lugar (encantadora). Es de Lima; nos contó como fue que llegó a Santa Teresa y se quedó,  lo tranquilo que es el lugar y lo amable que es la gente. Esto nos anima un poco para dejar el auto acá; además de traer mucho equipaje venimos cargados de prejuicios  (que complicados que somos...)
Luego llegó Edgar, el marido de Ana, también un personaje querible. Nos contó de sus proyectos para el futuro y que al igual que su mujer, se enamoró del lugar. Actualmente tiene un auto con el que hace viajes a Hidro y a Santa María. Obviamente nos llevó a Hidro y quedó en recogernos a la vuelta.
El desayuno y la charla nos llenaron de energía la que era muy necesaria para seguir. Al mediodía  y mientras esperábamos a Edgar, nos quedamos charlando con Janet (no sé si se escribe así...) y Quique, la pareja dueña del hotel. Nuevamente nos sorprendemos con sus historias y experiencias. Ambos son guías profesionales y Quique, además, ha escalado picos de montaña por todo el mundo ( un groso!).
Salimos para Hidro, Edgar viene con Ana y surge una charla en el auto muy entretenida. Maneja con una cancha que nos dio vergüenza...

Llegamos hasta donde puede avanzar con el auto (previa inscripción en un libro de control de viajeros) y desde allí caminamos unos 200 mts hasta la estación de tren. Llegamos con tiempo por si se agotaban los boletos… ja ja!

Apeadero de Hidroeléctrica
Sólo subimos 9 personas al vagón...
Al ingresar al tren, pasamos de la selva "sudamericana" al confort Europeo. El vagón está equipado con asientos súper confortables, mesas, ventanales panorámicos y techos vidriados para poder apreciar el paisaje (un lujo). También se puede hacer el recorrido a pie por la vía del tren.

Tren Perú Rail (Hidro - Aguas Calientes)
El recorrido completo es de 11 kilómetros (45 minutos de tren y tres horas a pie). Además de ir a una escasa velocidad, el tren va cumpliendo etapas que requieren cambios de vía, enganches de vagones y otras maniobras (no tenemos apuro).Llegamos por fin a Aguas Calientes, actualmente sólo se denomina así a la estación y el pueblo adquirió el nombre de  Pueblo de Machupicchu. Nuevamente Perú nos sorprende, el paisaje  se asemeja a una ciudad de oriente !!! Tres ríos se encuentran en ese lugar. Todo el pueblo es peatonal, salvo el sector destinado a la salida de los buses que llevan hasta las ruinas. Es indescriptible, y es complicado resumirlo en una sola foto, por eso ponemos dos...

Aguas Calientes (Pueblo de Machupichu)

Aguas Calientes (Pueblo de Machupichu)

Al bajar del tren el camino nos lleva a un mercado gigantesco de artesanías, es un laberinto de tejidos y colores.
Consultamos a un policía por la ubicación del hotel. Este es una posada sencilla, con algunas falencias. La chica que nos atiende es un personaje de historieta, no entiende nada, le hablamos y se nos queda mirando como si hablásemos en otro idioma; un ejemplo: como no llevamos todo el equipaje  con nosotros, dejamos el secador de pelo en Santa Teresa y cuando le pedimos uno, nos da una toalla... bueno también sirve para secar el pelo...
Damos una vuelta corta y picamos algo temprano. Luego cenamos en el hotel; Pablo va a comprar comida a un restaurante donde mientras le preparan el pedido, mantiene una gustosa conversación con la gente del lugar , tanto que hasta le invitan un vaso de jugo y lo esperan mañana para seguir charlando.  Al día siguiente ascenso a MACHUPICCHU.

DIA 12:

Le habíamos pedido a la chica del secador de pelo que nos preparara el desayuno a las 8.30, nuestra subida al Machupicchu era en el turno de las 10 -11 AM. Es importante tener en cuenta que solo se venden 2000 tickets por turno y hay 2 turnos diarios; los tickets se pueden sacar por internet (anticipados).
El día anterior habíamos sacado nuestros boletos de bus, y nos dirigíamos a la parada. Los micros salen uno atrás del otro y siempre llenos. Son 30 minutos de viaje o 2 horas de caminata si prefieren.

Una nueva aclaración: si uno viaja desde cualquier lugar del mundo y llega en avión, son recomendables las caminatas; como nosotros llevamos el cansancio de nuestra propia travesía preferimos reservar fuerzas y tomar el micro.

Llegamos a los molinetes (conocemos gente que se a colado... no los mencionemos) pasamos el control donde alertan todo lo que no se puede hacer, por ejemplo la prohibición de llevar comida, lo que no te cuentan es todo lo que necesitarías hacer para lograr poder realizar  bien los recorridos. Caminamos hacia WaynaPicchu, es una opción para incluir cuando se compra el ticket. De acuerdo al instructivo, a ese sector solo suben 200 (de los 2000) ya que el camino es muy angosto y un poco complicado... Nuevamente la información fue poca; además de angosto es sumamente empinado; hay tres niveles de altura con diferentes dificultades y duraciones de recorrido: 45 minutos, 2 horas y 4 horas, todo entre ida y vuelta. Sabiendo de antemano la real dificultad es bueno que se lleve alimento (aunque no dejen) y mucho agua, sino es muy difícil concretar el ascenso.

Vista desde Wainapichu

Machupicchu es impresionante por donde se lo mire (prometemos que al regreso a Bs. As. subimos imágenes). Es increíble que hayan hecho esta ciudadela en ese lugar que hoy es de tan difícil acceso; las terrazas, los cimientos de los templos, sus plazas, todo es realmente majestuoso y da muestra del poderío Incaico y de los conocimientos de ingeniería que poseían. Hay que tener en cuenta que mientras los temblores derrumban las construcciones actuales y de la colonia, las construcciones incaicas se mantienen inalterables.

Machupichu
Obviamente pasamos por la Roca sagrada a cargarnos de energía y, aunque no se permite, la tocamos para sentir eso que poseían los incas  y que hacía que nada fuera imposible. Y algo tiene...
Volvimos al pueblo con un hambre tremendo y nos fuimos derecho a un restaurant que habíamos visto temprano; nos llamó la atención que en la puerta decía Fernet con Coca y Choripán... “La Retama de Ché”, matrimonio peruano - argentina que va y viene a Rio IV Córdoba; comimos como bestias! Infaltable la “Inka Cola” y hasta nos dieron pan!!!! (en Perú no acostumbran comer con pan…)
Luego de la suculenta ingesta fuimos a conocer las termas que dan nombre al lugar (otra caminata importante río arriba). Pagamos la entrada aunque no teníamos traje de baño; no hay problema, ahí te alquilan las chancletas, el traje de baño y las toallas. Cuando llegamos, fue inevitable comparar con cualquier complejo termal de la argentina... y pese a que somos fanáticos de Perú, este paseo no lo recomendamos. Las piletas son pequeñas y no alcanzaba para la cantidad de gente que luego se incrementó con un contingente de chicos en viaje de estudio... Ahí decidimos volver al hotel a darnos una ducha y hacer un poco de fiaca antes de cenar. Mañana nos tenemos que levantar a las 5 para tomar el tren que nos lleva de nuevo a Hidroeléctrica... estará Edgar ?

Plaza de Armas (Las pampas estuvo ahí!!)

DIA 13:

La noche anterior nos acostamos temprano, el tren salía a las 6:44 y había que estar media hora antes.
Sonó el despertador a las 5:00 AM, todavía era oscuro... pero demasiado oscuro. Machu Picchu tiene un apagón, no lo podemos creer! Nos arreglamos como podemos con la luz de los celulares, mientras el sol subía por detrás de las montañas. Calculamos que no nos van a poder hacer el desayuno, pero nos equivocamos: con vela y todo, la mesa nos espera en el patio; la chica nos aclara que no pudo conseguir pan, por la falta de "fluido". Qué arranque de jornada !
Caminamos hacia el apeadero del tren (este no para en la estación). Esperamos un rato. Llega llenísimo y todos bajan a las corridas, no entendemos nada. Luego nos enteramos que la gente de la zona no puede elegir horario para tomar el tren y eso genera que todos viajen al mismo tiempo en el horario que les designó la empresa (no está bueno eso…).
Subimos y pausadamente vamos hacia hidroeléctrica donde tenemos fe en que nos espera Edgar.
Con puntualidad inglesa (no peruana) está ahí. Subimos al vehículo y volvemos a Santa Teresa. Estará  el auto...?  Chan ! Qué alegría al ver a nuestra chatita entre las cañas, donde la dejamos. Hacemos una paradita para buscar agua caliente para el mate del viaje y aprovechamos para saludar a Quique y Janett. Ahora salimos rumbo a Santa María, por el complicado camino de ripio y cornisa. Con más confianza que a la ida fuimos más ágiles y menos preocupados.

Desde Santa María tomamos la pista hacia Cusco. El clima cambia a cada paso: de la selva previa al Abra Málaga, al bosque húmedo en el Valle Sagrado y por fin Cusco.

Las Calles de Cusco
Volvemos al mismo hotel  en el que nos hospedamos a la ida en la calle Santa Catalina Ancha. Dejamos la chata y nos vamos al bar  frente a la plaza de armas que prepara como nadie los nachos con guacamole, y los bajamos con una cerveza negra (supremo!!!)
La gastronomía de Perú es muy variada en sabores; los platos son todos muy elaborados y están al detalle, claro al detalle peruano que a veces le falta algún detalle, pero  damos fe  de que es de las mejores del mundo.
Panorámica de Cusco
Paseamos por las calles increíbles de la ciudad y luego vamos a cenar al restaurante que está enfrente del hotel "Santa Cata".  Inesperadamente había un show de bailes típicos. Nos invitan a bailar pero en la altura de Cusco dar un salto equivale a quedarse sin aire por un rato largo (obvio, no bailamos). Ahora a descansar y a preparar todo para volver a Puno; por suerte hicimos la reserva vía web y la confirmaron…

DIA 14:

Nos despedimos de Cusco, desayunamos y salimos bastante temprano; el transito es fluido.
Tomamos la ruta del valle hacia Puno bordeando el río hasta Ayavin, luego el paisaje comienza a hacerse más árido. Llegamos a Juliaca y decidimos ir por la Av. Circunvalación para esquivar la ciudad que tiene movimiento como una de la India. No sé qué fue peor: la avenida está destruida y el descontrol es igual que en el centro.

Dato importante: Las ciudades de Perú son muy caóticas en cuanto al tránsito, no suelen ceder el paso, hay moto-taxis por millares, combis y taxis, y en general todos tocando bocina. Paciencia, es así.

Salimos de Juliacá. Desde la altura se puede divisar el Lago Titikaka y a sus orillas Puno (impresionante). Entramos a la ciudad también por la circunvalación y doblamos por la calle Puno que da directamente a la plaza de Armas; cinco cuadras más y estaremos en el hotel.

Parece mentira, llegamos justo que hay otra fiesta popular y están todas las calles cortadas, intentamos llegar al hotel pero es imposible. Bailes, disfraces, bandas, un verdadero descontrol (fiesta de los universitarios). Dejamos el auto al costado de la catedral luego de muchas vueltas y caminamos hacia el hotel, solamente cargamos las mochilas y esperamos que nos den una mano para llegar a la cochera. Llegamos, por fin!

La empleada con una suavidad y serenidad infinita, nos dice que no tenemos la reserva y no tienen lugar… uf! Hay que buscar otro hotel… a caminar!!

Encontramos el hotel Plaza Mayor un poco más cerca de la plaza y un poco más caro; por suerte tiene estacionamiento, pero obvio, en la calle cortada. No importa, aprovechamos para sacar lo básico del equipaje y llevarlo al hotel. Un baño y a comer.

Encontramos un buen lugar donde nos preparan Cuy al horno, un plato típico de la región, que es chanchito de la india al horno. Supusimos que el sabor sería más fuerte, pero no, estaba muy bueno. Recomendamos también la alpaca salteada (muy rica!!).

Después de la cena, habilitan algunas calles; la juerga sigue pero podemos guardar la chata. Por fin a descansar.




DIA 15:

Hoy va a ser un día duro: pensamos ir de Puno a Arica (Chile), para lo cual hay que cruzar la cordillera (5000 msnm), hacer 450 Km y pasar la lenta aduana. Desayunemos bien !


Pasamos al altiplano a pleno, picos nevados, zonas desérticas y arenosas y descendemos a un nuevo valle al  acercarnos a Moquegua.



Unos kilómetros antes leemos “Bienvenidos a Moquegua, ciudad libre de la mosca de la fruta”. Ahí nos damos cuenta  de que llevábamos una banana que nos había dado Quique en Santa Teresa... Uh! Como si se tratara de una bomba por estallar buscamos la banana y la tiramos por la ventanilla. Justo a tiempo! Dos kilómetros más adelante estaba el SENASA de Perú revisando los autos en busca de frutas, traen alguna fruta o verdura ?: NO, por supuesto que no…

Seguimos viaje riéndonos. Ahora si estamos en el desierto. Nos está agarrando hambre (si tuviéramos un plátano…). Decidimos que en Tacna (la última ciudad de Perú) vamos a parar a comer algo. Lo hacemos en un restaurante a la salida del pueblo; pedimos un Bistec a lo pobre, plato típico de Perú: carne saltada con cebolla, arroz, papas, ensalada y huevo frito (obvio lo compartimos).

Ahora nos dirigimos hacia la aduana, pongámosle humor! Esta vez, la experiencia sólo duró una hora (qué milagro!!). Insistimos en que es una burocracia que no sirve para nada…

Por fin llegamos al hotel de Arica. Decidimos dar una vuelta por la plaza y caminamos rodeando el morro hacia el mar tomando unos mates; es muy linda ciudad ! Volvemos al hotel para cambiarnos y luego a comer.
Catedral de Arica (Diseño del ingeniero  Eiffeld)
Cenamos en un Bar -restaurante de la peatonal, donde nos atiende Felipe: un personaje de los que no hay. Nos engullamos una chorrillana  bestial  (Carne de vaca, pollo y salchichas saltadas con cebolla y papas fritas cubiertas con queso derretido) . Ahora a dormir.


DIA 16:

Amanece bastante nublado, pero todos coinciden en que siempre es así y luego sale el sol. Salimos por la ruta 5 hacia el sur; vamos rumbo a Tocopilla, una localidad en la costa. Se nos hizo un poco tarde ya nos quedamos asegurando las reservas de hotel de todas las noches que nos quedan en Chile; comienzan las fiestas patrias y la gente las utiliza turísticamente (o como se dice acá: para “turistear”) tienen casi una semana entera de feriados. Las decoraciones patrias ya estaban cuando ingresamos al país por Jama; los locales, las casas, las calles, los autos, todo está decorado con los colores de Chile. Creo que nunca había visto una demostración de patriotismo tan grande (es impresionante).

Pasamos unas montañas y cañones alucinantes que se encuentran al salir de Arica y nos internamos en el desierto nuevamente.  El tramo anterior fue lento ya que la ruta está en construcción y el tránsito estuvo detenido casi una hora (y eso que es domingo). Esta vez vamos a acercarnos más al mar. A la altura de Iquique nos salimos de la ruta 5 (la panamericana) y vamos en busca de la 1 que bordea la costa hasta Antofagasta. Luego de pasar más montañas, entramos a la ciudad. Iquique es enorme, por suerte tiene una autopista que la rodea y la sorteamos bastante rápido. El tránsito de Chile es prolijo y respetuoso.

Desierto de Atacama

Avanzamos por la ruta que comienza a mostrar un paisaje fascinante. Estamos como contra una pared (las montañas) y nos cerca el mar; por el filo va la ruta. Bahías, playas rocosas, caletas y el zigzag de la ruta que sigue lo recortado de la costa (es como el mapa pero en vivo y en directo). Una nueva aduana entre regiones, que pasamos rápido (ya somos expertos).

Vamos cruzando algunos poblados y caseríos sin calles,  puertos pertenecientes a las mineras de la zona (el desierto está explotado por donde se lo mire) y más paisaje. Por unos momentos está nublado y con bruma y por otros se despeja totalmente. Un espectáculo.


Ruta 1 costeando el Pacífico
Finalmente y luego de atravesar la última montaña por un túnel, llegamos a Tocopilla. Parece un pueblo pesquero ingles del siglo XIX. Nos tenemos que habituar a este tipo de arquitectura y diseño urbanístico que no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados (este viaje tuvo mucho de eso).

Encontramos el hotel. Salimos a nuestro acostumbrado recorrido por el pueblo, es tranquilo. Se nos acercan dos hombres a charlarnos y a curiosear de donde somos. El primero nos cuenta de una chica pintada en un mural del mercado y nos explica que murió en un accidente… (qué necesidad?) El segundo se había pasado de copas (o de “tetras”) y nos cuenta que en ese pueblo había nacido Alexis el jugador de futbol, será? Bueno nos despedimos y nos fuimos a tomar un Te a la “Carreta de Rosita”. El aire era muy  londinense no por la neblina sino porque hasta las sillas estaban tapizadas con la bandera británica. El té era bueno… (of course)
Tocopilla

Ahora al hotel y después a cenar. Encontramos un  restaurant muy de pueblo y nos ofrecen probar un pez de nombre albacora, una delicia (después descubrimos que era pez espada)

Con la panza llena a descansar, mañana seguiremos recorriendo la costa y esperamos llegar hasta Chañaral, otro pueblo costero y de pasada ver Antofagasta. 



DIA 17:

De Tocopilla a Chañaral. Continuamos como ayer por la espectacular costa chilena hasta Antofagasta. Encontramos una gran ciudad, mucho tránsito. Pasamos Antofagasta ya que no es uno de nuestros destinos y a partir de ahí la ruta se zambulle en el desierto.

A unos kilómetros visitamos la famosa escultura "La mano del desierto" y aprovechamos para sacarnos unas fotos y ya que paramos, preparamos unos Tés, amargos porque nos olvidamos de comprar azúcar.
Comienza a levantarse mucho viento y el paisaje agrega una cortina tenue de polvo; no podemos negar que es el desierto.

Mano del Desierto
Arribamos a Chañaral. Otro pueblo detenido en el tiempo: calles angostas, construcciones en madera. Muy pintoresco. Apenas comienza la calle principal está el hotel. La persona de la recepción es otro personaje (demasiada alegría y entusiasmo!!). Luego de dejar el equipaje vamos a caminar. Es temprano y los negocios están aún cerrados.
Subimos por unas escalinatas para llegar hasta la iglesia y la plaza de armas; el pueblo comienza en el llano y sube por la ladera de la montaña, o al revés?

Iglesia de Chañaral frente a la Plaza
Nos llama la atención un faro que está, pasando la iglesia más arriba por el cerro, por qué lo habrán puesto tan lejos del mar?


Faro de Chañaral
Mientras bajamos se nos acerca un hombre que comienza a hablarnos. Entre otras cosas cuenta que toda la playa que desde ahí se ve es un agregado de tierra y arena traído desde las minas (claro, eso explica lo del faro) y que antes el mar estaba más cerca. Luego nos cuenta una mezcla de historias de las cuales muchas no comprendimos. Antes de despedirse nos entrega un papel con un texto escrito por él... No hay palabras que lo expliquen, es rarísimo. No sabemos si el hombre es un genio, un loco o un una mezcla de las dos cosas, con una pizca más de la segunda.
Buscamos dónde tomar la merienda: Té en un "café gourmet" (así se llamaba) muy bien puesto y de los mismo dueños del hotel. Mirábamos unas fotos viejas que tenían colgadas en la pared cuando, al ver nuestro interés, la encargada nos trajo unos libros de historia de Chañaral. Ahí descubrimos que por la calle principal llegaba el tren, hace más de 100 años. El pueblo, pese a los terremotos, maremotos y un incendio de enormes proporciones, conserva la misma fisonomía que antaño (es muy curioso).

Cenamos en un restaurancito atendido por su dueña en la esquina del hotel, nos recomienda reineta (un pescado que estaba buenísimo). Al fin paró el viento. Una breve caminata y a dormir.

DIA 18:

Nos vamos acercando a Argentina. Salimos de Chañaral rumbo a La Serena, una localidad balnearia mucho más turística que las anteriores.
Costeamos hasta Caldera y luego hacia el centro, lejos del mar. El desierto va quedando atrás. El paisaje mezcla algo de la vegetación baja con las piedras y la arena, incluso comienzan a aparecer caseríos y pequeñas localidades que más al norte eran solo espejismos.
Estábamos llegando a Copiapó y aparece un desvío que no está en el mapa ni en el GPS (que sigue con sus problemitas). Copiapó es famosa por la historia de los 33 mineros que quedaron atrapados (y luego rescatados) en la mina. Nosotros agarramos por el desvío y cortamos bastante camino.
La vegetación aumenta más y más y los poblados también. Llegamos a La Serena, que con el incremento de población y el desarrollo inmobiliario está quedando unido a Coquimbo, La Compañía, Tierras Blancas y Peñuelas.

La Serena
El panorama respecto de nuestras últimas paradas cambia radicalmente; esto es una especie de Punta del Este (por poner un ejemplo), hiperturístico ubicado en el mar,  más hacia las sierras está el pueblo. Playas extensas, muchas aves acuáticas y todo pensado para el turismo.
Almorzamos  en un restó costero muy bien ambientado y después caminamos por la playa, hasta el atardecer. Esperábamos ver al sol sumergido en el mar pero caía por detrás de una península (Coquimbo), igual le sacamos la foto de rigor.

La Serena - Coquimbo
Como los precios son bastante más elevados, aprovechamos que podemos cocinar en el hotel y comemos barato (preparamos algo de lo que traíamos desde argentina).

DIA 19:

Rumbo a Viña del Mar. El camino combina bosques, mar y sierra. Son increíbles los cambios que vamos viendo a medida que avanzamos. Esto también es muy lindo, pero muy diferentes a los otros lugares también lindos.
Todo el recorrido es de autopista, lo malo es que es carísimo; llevamos gastados aproximadamente $ 250 de peajes en solo 700 kilómetros.
Viña es inmenso, la cercanía con Santiago hace que se crucen muchas rutas y autopistas, acá agradecemos el GPS.

Av. San Martín, Viña del Mar
Nos vamos internando en la ciudad  dividida por los cuatro puntos cardinales, hasta llegar al hotel. Para nuestra sorpresa es mejor de lo que esperábamos y más barato que el anterior.
Dejamos todo y caminamos hacia el mar (precioso). El color del agua es azul oscuro, pocas olas, ya que estamos en una bahía y como es feriado hay bastante gente caminando por todos lados. Comemos en una terraza que da al mar y luego seguimos caminando. Se ve una ciudad muy limpia, prolija y ordenada.

Viña del Mar
La Av. España costea el mar con palmeras y jardines y da acceso a algunas playas repletas de pelícanos.


La Av. San Martín concentra la gastronomía de la ciudad y por la noche es nuestro destino para la cena. Buscamos un lugar para comer un entremés y tomar un trago: pisco, cerveza y una tabla de la casa. Caminamos por la tranquila noche de Viña y a descansar.

DIA 20:

Como ya es una constante del viaje nos levantamos temprano, pero esta vez nos equivocamos: el desayuno comienza 9:30, tendríamos que haber preguntado...
Le consultamos al dueño del hotel sobre Valparaíso y nos comenta que es muy lindo el Cerro Concepción; hacia allí vamos.
Tomamos la avenida de la costa y 9 kilómetros después estamos en la ciudad vecina a "Viña". No se parecen en nada (salvo por el mar) dejamos la modernidad de la primera y entramos en una atmósfera bohemia encantadora. Tanto el Cerro Concepción como el Cerro Alegría son patrimonio de la humanidad y conservan sus construcciones antiguas muy pintorescas; para donde se vea hay una postal.

Valparaiso
Desde los miradores se tiene una panorámica del puerto, de las playas o de la ciudad, cuyos edificios gubernamentales son verdaderos palacios europeos. Realmente un belleza. Los cerros están plagados de bares y hoteles, además de pequeñas galerías de arte donde los artistas locales exhiben sus obras.

Valparaiso
Bueno, es hora de partir hacia la cordillera y cruzar para Argentina. Para variar nos perdemos entre las autopistas. Entre el GPS que no funciona bien y el mapa que, evidentemente, es viejo, giramos desesperadamente en círculo hasta que logramos encontrar la ruta que nos lleva hacia Los Andes, la última localidad de Chile antes del cruce.
Va subiendo la temperatura hasta un poco antes de "los caracoles". Comienza la nieve y la temperatura baja de unos agradables 22° a 2°. Bastante nieve cubre la montaña. El cruce estuvo cerrado hasta hace menos de un día. Incluso el complejo de esquí el Portillo está en plena actividad y mientras nosotros subimos por la ruta, la gente esquía a nuestro lado.

Cruce de Los Libertadores

Una nueva aduana... Lo bueno es que está unificada, con lo cual el trámite se hace en un mismo lugar y si alguno se comporta como el que nos tocó en San Pedro de Atacama, tendremos un compatriota para que nos defienda (creo). 
Fue rápido. Salimos rumbo a Uspallata, nuestra parada prevista.
Ya estamos pensando en el asado que vamos a cenar... si hay algo que se extraña es la carne argentina. Uspallata está preciosa; da ganas de quedarse pero mañana después de un buen descanso salimos para nuestra humilde Longchamps; no tendrá la gastronomía y la historia del Perú, ni las playas del Pacífico y la seguridad de Chile, pero hay que volver... ya habrá tiempo para armar una nueva aventura.


Nota: Como nuestra humilde Longchamps está lejos de Uspallata, debimos hacer un alto en la Pcia. de Córdoba, en la localidad de Laboulaye (qué hallazgo!!); gran lugar para descansar en el camino (lo recomendamos)!


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